miércoles, 10 de marzo de 2010

SC

—¿No saca buenas notas?
—¿Y qué importa eso? Se las bajaremos. Mucho. Podemos hacerlo.
—¿Valdrá la pena?
—Claro. Es un alumno que molesta. Siempre.
—¿Siempre?
—Pregunta. Constantemente.
—¿No se puede preguntar?
—También cuando está callado molesta.
—¿Si?
—Es un maleducado. Se cree que sabe más que el profesor. No respeta a nadie.
—Increíble.
—Peor que eso. ¿Cómo te lo diría? Pone en entredicho la autoridad. Nuestra autoridad de profesores. Es terrible.
—¿Y qué se puede hacer?
—Echarlo. Borrarlo de las listas. Acabar con él.
—¿Tanto?
—Es poco. Se ha equivocado de lugar.
—¿Por qué?
—Porque no es de los nuestros.