jueves, 1 de agosto de 2013

Becqueriana / 25


De la tierra alta, seca, áspera. Color del viento cuando la levanta y esparce por el aire. Así el papel de los años malos, hecho de trapos sucios, sin pulpa vegetal, ni aguas limpias, ni maestros del oficio, que dejaron horario, saber y traje del día de la boda para los domingos por un fusil. De un tiempo opaco, tantas ausencias, el color del papel de los años cuarenta. Papel entristecido que aún se esfuerza por contener la tipografía de los sueños. Papel abrasado, pero papel, con el orgullo de que la belleza de las palabras mantenga intacto su fulgor.