sábado, 21 de septiembre de 2013

Erin / 8 Howth


Si al mirar por la ventana contempla una mañana despejada, el paisajista de cielos de Howth considera festivo el día. Si hay nubes, toma caballete, silla de tijera, maletín y paraguas, y se dirige hacia el puerto. Allí raras veces se le ve levantar la cabeza. Coloca en el suelo un espejo donde observa la nubosidad. Luego mezcla azules, grises y blancos que esparce en el lienzo. Cuando los ojos regresan al espejo, el modelo es otro. Rehace colores, volúmenes. Al compararlos nunca resultan iguales. Una y otra vez empieza. En ocasiones, si no sopla el viento, concluye un cuadro.