martes, 7 de marzo de 2017

Becqueriana / 102


A mano se escriben los versos. Con los dedos se cuentan sílabas y con el lápiz se tacha la palabra que puede ser sustituida por otra que tenga más puntería. La lista de la compra, ya sin sílabas contadas, pero también en verso y con tachaduras. A pluma queda sobre el cuaderno el retrato del día, al natural. A bolígrafo, en un billete de autobús, sin ninguna modificación, el aforismo del instante. Un paseo por la playa o el ascenso a un monte tras un día de lluvia, con el rastro de las pisadas sobre el lugar.