sábado, 15 de abril de 2017

Dietario de sensaciones, 26


Azul, ocre, duna, mar, en sí mismos, pronunciados al azar, no son nada. Sonidos y un brote de significado entre piedras, allá donde las raíces no encuentran dónde nutrirse. Té, galletas de avena, ventana, tarde, en sí mismos, no son más que ingredientes del día sin el día. Lo que proporciona hondura y sentido a azul y a mar, a ocre y a duna, es el idilio de memoria y metáfora. La unión de dos opuestos: la presencia y el deseo. Lo que también convierte los sabores del día en símbolos. Los colma de densidad y cuerpo. Les da vida.