jueves, 4 de mayo de 2017

Becqueriana / 107


En un vaso de agua está por escribir la novela del día. Es el tintero que abre el escritor frente al pliego en blanco donde anotará el título del libro que va a empezar. El sorbo que se da, antes de entregarlo, es la pluma que caligrafía sobre la aspereza del papel las primeras letras. Y el sorbo que se ofrece, a continuación del dado, es ya el primer párrafo, hilera de hormigas que un día tendrán sentido. Un vaso de agua compartido es el inicio de cualquier novela romántica: dos labios que se han besado en el mismo cristal.