domingo, 5 de noviembre de 2017

2009 - «Ángel de las olas»



En cada esquina. Rua Curupati debería leer y no Cypress Road como lee. Y de vez en cuando él. El Inspector de Alcantarillas Harold Pinter. Barrio de Tristeza y no Forest Hill. Y súbita la tapa de un sumidero que se entorna y requiere. El muchacho, João Gilberto, asustado, lo entrega. Lo que sea. Una mano. Primero fue una mano y dejó de escribir cartas. Un pie. Ahora cojea por Trinity Street y en cada esquina busca el letrero —Avenida Guaíba— mientras el Inspector no emerja de un hueco y le solicite los ojos. Con los que continúa no viendo.