jueves, 9 de noviembre de 2017

Coro de ausentes | FIGURAS


El río. Por la carretera,
en la otra orilla, el bulto
del autobús de línea
sobresale entre la vegetación.
Mientras circula ni da tiempo
a apreciar, en la ventanilla,
el rostro del viajero que contempla
lo mismo que estoy viendo.
El cauce oscuro, lenguas
de arena que lo pautan,
bosque de juncos. 
                            Enseguida
desaparece. Estoy solo, lanzando
piedras al río como quien remienda
metáforas en las palabras
que nadie quiere oírle usar.
El agua fluye con rumor
ilegible, el presente se desplaza
al otro lado con fragor mecánico,
la luz remite
y aquí sentado ni siquiera
puedo afirmar que permanezca.