miércoles, 3 de enero de 2018

Bicicleta



El neumático es casi redondo, pero en la parte que roza el suelo se une a la llanta. Es el aire que ya no está dentro el que primero dice. Luego la cadena se afloja, con el tiempo, pierde la condición rectilínea de la tensión. Dibuja la imagen del cansancio y eso es lo que su negación del movimiento afirma. El metal se oscurece con el polvo. Una infección de tonos parduzcos recubre la osamenta cilíndrica. Lo manifiesta con unas motas cobrizas que enferman el brillo primigenio del manillar. La locuacidad del abandono crece. Nada hay que hable tanto.